lunes, 5 de marzo de 2012

El “yo social y La Opinión Pública”

Desde el punto de vista sociológico el Ser es subjetivo, vivimos de la información que interpretamos, adaptamos y superponemos ante nuestra realidad, de ahí a que el pensamiento a priori surja de nuestro primer contacto con el mundo; y es en este mismo punto en donde la cultura se interna en nosotros, dándonos forma, construyendo el “yo social”.
El proceso hermenéutico que trae consigo, la Construcción Social del Sujeto va de la mano con el consumo mediático, además de los diferentes climas de opinión que se pueda generar en cada diferente cultura, de ahí a que sean tan variados los sistemas de creencias, costumbres y categorías morales, pero es al surgir un comportamiento o un suceso abrupto, que irrumpe en el equilibrio existente dentro la sociedad, cuando los fenómenos sociales pueden llevar a un cambio o reordenamiento en la estructura social, bien sea este originado desde el pueblo o desde el gobierno.
Las dictaduras, gobiernos totalitaristas, monarquías y demás no son nuevas, los ideales en cada uno de estos sistemas sociales, van de la mano con sistemas morales Utilitarios, que ponen primero el bien de su sociedad antes que el propio, por lo que se podría pensar que la opinión pública o los libres pensadores son en sí mismos inexistentes, pero entonces ¿Cómo fue que se logra trascender en primer lugar de una Monarquía a una Democracia, igualmente de la Democracia a una Dictadura o a un gobierno totalitario?
Es necesario un flujo libre de la información, para que los sujetos sean capaces de generar opinión pública, en cada uno de los aspectos de la vida (puesto que la opinión pública no se limita únicamente a la política), por lo que en un gobierno como el de Cuba (que constituye un ejemplo claro de lo que la manipulación y el control constante de la información, puede hacerle a la construcción Social del Sujeto), no existiría la opinión pública. Ahora bien, si esto hubiese ocurrido hace algunos cientos de años, en donde los espacios serían los ideales para crear un espacio y un área en el que los canales de información se pudiesen limitar a pasar por una sola vía, la anterior afirmación hubiese sido cierta, pero en esta era en particular (la era de la información), los canales son demasiado grandes para ser controlados, por lo que el flujo de información siempre encontraría una forma de filtrarse, generando espacios de discusión política, cultural, moral, científica, etc., que en últimas no tienen una residencia fija, y los resultados de estos pueden por así decirlo, definir el curso de una sociedad, puesto que la idea misma nace desde un libre pensador (emisor), que expuso sus argumentos ante los demás (información codificada) y estos últimos la recibieron decodificaron y la expusieron ante más individuos (feedback o proceso retroalimentativo) y así sucesivamente el ciclo se repite una y otra vez, por lo que no se puede decir que la opinión pública no existe en cada uno de estos casos.
La creación de Metarrelatos dentro de las dictaduras o en los gobiernos totalitarios, impactan directamente en la construcción del yo social, esto con el fin de introducir en los sujetos, preceptos que apoyen o legitimen su lugar en el poder, para lo cual envían un flujo constante de información parcializada (aquí está otro punto en el que se pone en duda la existencia de la opinión pública y se llega a hablar hasta de una opinión publicada), pero la manipulación a la que es sometida la información, en conjunto con estos Metarrelatos, no garantizan que los sujetos los interpreten como se pensó o se pensaron en un inicio, puesto que existen los preceptos y contextos además de estos últimos, por lo que al final es el mismo creador de la opinión pública (el pueblo, los ciudadanos, los sujetos), quienes impiden la creación de la Opinión Pública, cual quiera que fuese el caso.
Erick Yovardo Parra Cañas
Comunicador Social en formación
mail: yovardo17@gmail.com
Pamplona, Colombia

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